En primer lugar, debemos conocer que se denomina "bimaxilar" porque en este tipo de intervenciones se trata tanto el maxilar como la mandíbula. Por un lado, la cirugía ortognática bimaxilar busca corregir la posición de la mandíbula de modo que esta pueda hacer su función correctamente. Además, al colocar la mandíbula en su posición natural se mejora la estética del paciente. Respecto al hueso maxilar, este tratamiento, de nuevo, tiene como objetivo mover los huesos hacia una posición adecuada que evite deformidades dentofaciales. ¿Nunca habéis escuchado este término? En odontología hablamos de deformidades dentofaciales cuando el mentón, el maxilar o los pómulos presentan un tamaño más grande de lo normal, lo cual provoca alteraciones en el desarrollo facial del paciente. Por ejemplo, una de las anomalías más comunes provocadas por las deformidades dentofaciales son las maloclusiones dentales como los dientes girados, mal alineados o la mordida abierta. La cirugía ortognática bimaxilar es un tratamiento que solo puede ser llevado a cabo por el cirujano maxilofacial. Estos especialistas son los únicos que tiene el suficiente conocimiento y experiencia para tratar los huesos y tejidos blandos de la cara.
Las deformidades dentofaciales son más comunes de lo que nos imaginamos. Actualmente se estima que más del 10% de la población mundial presenta desequilibrios de este tipo. En otras palabras, aproximadamente 800 millones de personas en todo el mundo sufren anomalías como la mandíbula superior, mandíbula inferior o el mentón desviados. Además, de los efectos adversos en la estética de quienes presentan esas deformidades también pueden padecer otros más serios. Por ejemplo, se ha demostrado que las deformidades dentofaciales pueden provocar apnea del sueño (interrupción de la respiración mientras dormimos), trastornos de la ATM (fuertes dolores en los huesos y músculos faciales), problemas digestivos o para pronunciar palabras.
Como ya hemos dicho, el objetivo de esta clase de tratamientos es que tanto el hueso maxilar como el mandibular puedan realizar sus función correctamente. También se busca mejorar la estética del paciente. La cirugía bimaxilar está indicada principalmente a pacientes que presentan alguno de las siguientes anomalías:
-Maloclusión: las maloclusiones pueden afectar al maxilar inferior o al superior y se define como una incorrecta alineación de los dientes. Generalmente, cuando esto ocurre el paciente no puede encajar los dientes superiores con los inferiores durante la mordida. Existen maloclusiones de tipo II, de tipo III y de mordida abierta.
-Desviación de huesos: cuando el paciente presente una posición incorrecta en los huesos maxilofaciales se deberá someter a una cirugía bimaxilar. El objetivo es recolocar los huesos hasta conseguir una estética en armonía.
-Apnea obstructiva del sueño: las deformidades dentofaciales pueden provocar apnea del sueño, es decir, una baja calidad del sueño. Obviamente, cuando dormimos menos o de peor manera problemas como el déficit de atención o el bajo rendimiento laboral forman parte de nuestro día a día. Por tanto, si la apnea del sueño es provocada por algún tipo de deformidad dentofacial se requiere de su corrección.
Según el tipo de intervención y la zona a tratar podemos diferenciar hasta cuatro tipos de cirugía bimaxilar.
1. Cirugía del maxilar superior: su objetivo es corregir la posición del maxilar superior el cual se encuentra retrotraído. Los pacientes que presentan esta anomalía se caracterizan por presentar un rostro muy "plano".
2. Rectificación de la mordida abierta: indicada para aquellos pacientes que al morder no consiguen que sus dientes superiores e inferiores se toquen adecuadamente. Para ello, se procede a cambiar la forma del maxilar inferior.
3. Asimetría mandibular: si esta no se puede corregir mediante ortodoncia, se deberá realizar la modificación de alguno de los maxilares.
4. Corrección del paladar o los labios: se caracteriza por la colocación de un aparato, previamente a que el paciente se someta al tratamiento, que se activa días antes de la intervención. Al activar dicho aparato se consigue una rápida expansión del paladar. De este modo, cuando llega el momento de someterse a la cirugía existe un mayor espacio para la colocación de los dientes de forma correcta.
La cirugía ortognática bimaxilar y la ortodoncia van de la mano. Por norma general, los pacientes necesitan someterse a un tratamiento ortodóntico antes y después de cirugía ortognática. Por ejemplo, 18 meses antes de la cirugía bimaxilar el paciente es sometido a tratamientos ortodónticos para corregir la posición de los dientes. Además, el ortodoncista valorará si es necesario la extracción de alguna pieza para asegurar que la posterior cirugía sea del todo efectiva. Tras la operación de cirugía el ortodoncista someterá a un nuevo tratamiento al paciente con el objetivo de que los dientes queden del todo alineados. En este caso, el tratamiento no suele superar los seis meses de duración.
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