Clases de enjuagues y colutorios bucales

Cuando de higiene dental se trata, la mayoría de las personas solo piensan en el cepillo y la pasta de dientes. Sin embargo, los enjuagues bucales o colutorios también tienen una función importante en la limpieza de nuestros dientes y boca. En presente artículo, vamos a enseñaros todo lo que necesitáis saber sobre este producto. ¿Para qué se utiliza? ¿Cuál es su modo de empleo? ¿Qué tipos de colutorios existen? ¿Cómo elegir un enjuague bucal? Todas estas cuestiones las vamos a tratar con detenimiento. ¡Prestad atención! A partir de la lectura de este blog comenzaréis a considerar el uso de los enjuagues bucales en vuestra higiene bucodental.

¿Qué son los enjuagues bucales?

Los enjuagues o colutorios bucales son soluciones líquidas que se emplean para la higiene bucodental. Sin embargo, este producto está pensado para alcanzar diferentes objetivos. Esto implica que no todas las personas pueden emplearlo en su higiene bucodental. Los enjuagues bucales se deben emplear exclusivamente en:

Combatir el mal aliento: algunos colutorios bucales están diseñados tan solo para evitar la halitosis. Se trata de productos que ayudan a eliminar las bacterias que provocan el mal aliento en algunas personas.

Prevenir la placa bacteriana: otros enjuagues bucales están pensados simplemente para evitar la formación de la placa bacteria en la encía y en los espacios interdentarios.

Complementar al cepillado: se trata de los colutorios bucales más comunes. Estos productos se usan para complementar al cepillo de dientes. Eliminar aquellos restos de comida que han podido quedar en la boca tras el cepillado.

Combatir la caries dental: también hay enjuagues bucales que por su composición permiten evitar la aparición de la caries.

Prevenir la periodontitis y la gingivitis: algunos colutorios entorpecen en gran medida el desarrollo de estas enfermedades.

¿Qué clases de colutorios bucales existen?

Acabamos de ver que en el mercado hay diferentes clases de enjuagues bucales según su propósito. Ahora, toca explorar de manera más especifica los principales tipos:

Enjuagues bucales con flúor: son los colutorios diseñados para evitar la formación de caries dentales al tiempo que fortalecen el esmalte de los dientes. Su uso está indicado para aquellas personas que siguen una alimentación alta en azúcares o una mala higiene bucodental. No obstante, el empleo de esta clase de colutorios no significa que ya no sea necesario cepillarse los dientes. ¡Ningún enjuague bucal cuida de nuestra salud oral al 100%!

Enjuagues antisépticos: se trata de los colutorios pensados para combatir la halitosis o el mal aliento. Contienen una serie de principios que combaten las enfermedades de las encías (gingivitis/periodontitis) y las bacterias de la boca, de manera que disminuyen el mal aliento. Se recomienda el empleo de este tipo de enjuagues a las personas propensas a padecer mal aliento o enfermedades periodontales.

Enjuagues bucales blanqueadores: son soluciones líquidas con ingredientes especiales para eliminar las manchas superficiales o evitar su aparición. Estos ingredientes al entrar en contacto con la superficie de los dientes se activan quitando las manchas. Son ideales para aquellas personas que buscan un método sencillo para lucir una sonrisa brillante. No obstante, son a modo de complemento del cepillado dental.

Enjuagues para la sensibilidad dental: estos enjuagues contienen ingredientes activos que ayudan a reducir la sensibilidad dental y aliviar el dolor en los dientes y las encías. Son recomendados para personas que sufren de dientes sensibles y que experimentan dolor al comer alimentos fríos o calientes.

¿Cómo escoger los enjuagues bucales más adecuados?

Para elegir correctamente un enjuague bucal hay que tener en cuenta dos aspectos: qué necesitamos en ese momento y si padecemos algún tipo de enfermedad bucodental. Por tal motivo, os presentamos algunos de los elementos que se deben considerar a la hora de escoger un colutorio dental:

Su composición: la composición de estas soluciones líquidas es un factor determinante. Se debe optar por evitar aquellos enjuagues bucales que contienen sustancias muy agresivas para los dientes e irritantes para la boca. Por lo tanto, hay que comprobar que la etiqueta del producto no contenga clorhexidina o alcohol. Los colutorios bucales con clorhexidina únicamente se pueden usar bajo el seguimiento de un especialista en odontología. El empleo de enjuagues de este tipo puede desembocar en el desarrollo de enfermedades dentales.

Su tiempo de empleo: hay colutorios que están diseñados para un uso específico (por ejemplo, combatir la placa bacteriana), mientras que otros se emplean como complemento del cepillado dental. Los de uso específico solo se pueden emplean durante un tiempo determinado. Por el contrario, los otros están pensados para utilizarlos a diario. Nuestro dentista podrá aconsejarnos de cuál es el producto idóneo para nuestro caso particular.

La edad de quien lo usa: a medida que vamos cumpliendo años el estado de nuestros dientes varía. Los dientes de un adolescente no son los de una persona de la tercera edad. Por lo tanto, será conveniente el uso de un tipo u otro de enjuague bucal.

¿De qué manera se debe usar el enjuague bucal?

Resulta de especial importancia seguir las indicaciones del dentista y del fabricante a la hora de hacer uso de este producto:

-Emplear los colutorios bucales tras el cepillado de los dientes.

-Utilizar el enjuague bucal después de cada comida principal (desayuno, almuerzo y cena).

-La cantidad de producto suele ser de alrededor de 20 mililitros, pero varía en función del enjuague. Como guía, se puede hacer uso del tapón del bote para medir la cantidad.

-Hacer gárgaras durante 30-60 segundos. Después, enjuagarse intentando llegar a todos los recovecos de la boca.

-No beber ni comer nada durante los 30 minutos siguientes al uso del colutorio.

Los enjuagues bucales son muy útiles a la hora de cuidar nuestra higiene bucodental. Nos ayudan a prevenir el mal aliento, la formación de la placa bacteria, el desarrollo de la caries o la enfermedad de las encías. Sin embargo, se deben usar a modo de complemento del cepillado y el uso del hilo dental.