Uno de los procedimientos más frecuentes que nuestros especialistas en ortodoncia de Praxis Dental llevan a cabo son las extracciones. Este tipo de tratamientos están, principalmente, encaminados a crear espacios en la boca del paciente, de modo que todos los dientes puedan acomodarse de la forma adecuada. Además, en las extracciones se tiene muy en cuenta el aspecto facial del paciente. Por norma general, las piezas que se extraen son aquellas situadas entre los caninos y los molares, es decir, los premolares. De ahí, el nombre del procedimiento: extracción de premolares. Sin embargo, también se pueden extraer otras piezas como son los molares. Con este panorama a nuestros pacientes siempre les surgen interrogantes como: ¿cuándo es necesario someterse a este tratamiento?, ¿qué ocurre si no se realizan las extracciones?, ¿cómo se lleva a cabo el tratamiento? Desde Praxis Dental hemos querido dedicaros este artículo para resolveros de forma sencilla todas estas cuestiones. Prestad atención.
Las extracciones de premolares –y otras piezas dentales- en ortodoncia se llevan a cabo por dos motivos:
A) Apiñamiento: es decir, cuando hay tantos dientes en la cavidad oral que impiden las arcadas dentales. En estos casos se suelen realizar extracciones para dejar el hueco suficiente entre las restantes piezas. De esta manera, se logra que los dientes queden alineados correctamente. No obstante, la extracción de dientes solo se llevará a cabo si el ortodoncista considera que es la única vía posible para lograr una sonrisa sana y bonita. Esto dependerá del nivel de apiñamiento que presente la boca del paciente. Sin ir más lejos, en casos de apiñamiento leve (menos de 4 milímetros de espacio necesario para alinear los dientes) no es necesaria la extracción de piezas dentales. En los casos moderados (espacio mínimo de 5 milímetros para alinearlas) suele ser necesarias las extracciones dentales, pero no siempre. Finalmente, en los casos severos de hacinamiento de dientes (el hueso alveolar no es lo suficientemente grande para alojar las piezas) resultarán imprescindibles las extracciones dentales.
B) Control vertical: también denominada reducción vertical. Consiste en un procedimiento ortodóntico que se encarga de la estética fácil del paciente. Y es que en muchas ocasiones las extracciones molares se requieren también para cambiar el perfil maxilofacial de los pacientes. La extracción de los premolares permite que haya una reducción vertical. Las extracciones de premolares encaminadas a la reducción vertical se dan por problemas derivados de una desproporción entre los maxilares. También por las maloclusiones, es decir, cuando los dientes no encajan correctamente durante la masticación. Estos tratamientos se realizan cuando el maxilar superior o inferior están adelantados, o ambos a la vez. En este caso, el ortodoncista tiene como objetivo salvaguardar la estética del paciente, pero también mejorar su masticación, respiración y fonación.
Ante todo, el ortodoncista debe realizar un diagnóstico adecuado para verificar que las extracciones son necesarias. Una vez que se haya comprobado la necesidad, el paciente debe someterse a este tratamiento. En caso contrario, podrían aparecer complicaciones como, por ejemplo, que los dientes se inclinen hacia delante, ya que es el único lugar hacia donde pueden moverse. También podría darse el caso de que las piezas dentales saliesen del hueso alveolar y mostrasen la raíz. A esta anomalía se la denomina dehiscencia dental. La dehiscencia dental produce la perdida de los dientes y es irreversible. Por último, la no extracción dental cuando es necesaria puede afectar a la estética del paciente (caras más abultadas).
Las extracciones premolares se realizan como cualquier otra tipo, salvo si el diente no está completamente sano. Para el tratamiento los odontólogos hacen uso de herramientas como sindesmótomos, elevadores, fórceps y cucharillas de legrar. Mediante estos artilugios el dentista moverá de manera gradual el diente hasta que se desprenda del hueso. Naturalmente, las extracciones se llevan a cabo bajo anestesia local para que el paciente no sienta dolor. Asimismo la recuperación tras someterse a una extracción es rápida y casi no presenta molestias. Además, suelen necesitar puntos de sutura y la toma de antibióticos.
Lo cierto es que se puede extraer cualquiera de los 32 dientes que hay en la cavidad oral. No obstante, suelen escogerse los de la parte posterior (premolares y molares). Además, la mayoría de los dentistas prefieren retirar los primeros premolares, puesto que se encuentran próximos a las áreas de apiñamiento dental. Las primeras y segundas molares, son las piezas dentales más extraídas tras los premolares. Por otra parte, los dientes incisivos y caninos, por norma general, no se suelen retirar. Solo se extraen estas piezas cuando se encuentran severamente dañas. Por último, las muelas del juicio solo se retiran cuando causan daños a las muelas contiguas. Cuando una muela del juicio presenta caries o enfermedades relacionadas con las encías, estás suelen ser extraídas por el dentista. La razón se debe a que resulta muy fácil que un molar termine desarrollando caries por estar próximo a una muela del juicio que padece este problema.
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