La limpieza dental consiste en todos aquellos tratamientos enfocados en la higiene bucodental del paciente. No obstante, en función del estado de los dientes y encías del paciente, el odontólogo optará por aplicar una limpieza dental rutinaria o una extrema (también llamada profunda). La limpieza dental de rutina consiste en un tratamiento sencillo, rápido e indoloro, que permite retirar la placa bacteria y el sarro de la boca del paciente. Este tipo de limpieza se lleva a cabo cuando no hay presencia de periodontitis o solo hay rastros de gingivitis. En este tratamiento, el odontólogo procederá a eliminar la plaza y el sarro con un aparato de ultrasonidos. Finalmente, pulirá cada diente con un cepillo y una pasta de profilaxis. La limpieza dental de rutina es un tratamiento mucho menos agresivo y económico, pero solo se aplica en aquellos pacientes con unas condiciones bucodentales positivas.
Por el contrario, en los casos más extremos donde haya presencia de periodontitis, se aplicara una limpieza dental profunda . La periodontitis es una enfermedad que inflama las encías por la formación de bolsas de placa y sarro entre los dientes y la encía (bolsas periodontales) que provocan la perdida progresiva del tejido de la encía. Con el paso del tiempo, la perdida de encía puede dar lugar a la caída de los dientes. Por este motivo, es fundamental retirar por medio de la limpieza dental profunda la placa y el sarro de las bolsas periodontales. En este tipo de intervención es necesario el empleo de anestesia local (similar a la que se usa en la extracción de muelas del juicio) para evitar molestias al paciente. Una vez que la zona a tratar se ha vuelto insensible, el odontólogo procederá a retirar el sarro y las bacterias de las bolsas periodontales con herramientas especificas para este tratamiento. Algunos instrumentos empleados en la limpieza profunda son: cinceles, sondas, curetas, irrigados y máquinas de ultrasonidos.
1. ¿Cuándo hacerse una limpieza dental?
La limpieza dental es necesaria para todos los pacientes, tanto quienes tienen una salud bucodental positiva como negativa. Por mucho que nos cepillemos correctamente los dientes y empleemos hilo dental y enjuagues, siempre quedará algún resto de comida entre los dientes. Con el tiempo, estos restos de alimentos irán formando depósitos de sarro y placa entre los dientes y la encía. Por lo tanto, es necesario someterse a limpiezas dentales de manera regular (al menos una vez al año). El sagrado durante el cepillado o el sangrado espontáneo de las encías son las señales más evidentes que nos indican la necesidad de una limpieza dental. Para los pacientes con presencia de periodontitis se necesitarán 2 limpiezas al año.
2. ¿Qué hacer para facilitar la eliminación del sarro antes de la limpieza dental?
Antes de someterse a este tratamiento, el especialista nos recomendará el uso de enjuagues con clorhexidinia al 0,12% durante 5 o 7 días antes de la intervención. Este tipo de enjuagues bucales reducen la inflamación de las encías facilitando el trabajo del higienista dental. No obstante, siempre debe ser pautado por un especialista. Nunca podemos emplearlo sin la aprobación del dentista.
3. ¿Quedan espacios entre los dientes tras una limpieza dental?
Sí, siempre aparecerán huecos entre los dientes tras hacerse una limpieza dental. Hay que tener en cuenta que esos espacios siempre han estado ahí. Lo que sucedía hasta el momento del tratamiento es que el sarro los estaba ocupando. Como hemos indicado, al someterse a este tipo de intervenciones, el odontólogo retira el sarro y la placa presente en estos espacios. Por lo tanto, los espacios se pueden apreciar más.
4. ¿Qué alimentos debo evitar tras una limpieza dental?
Durante los primeros días tras la intervención, se deben evitar productos como el café, el vino tinto, las bebidas alcohólicas oscuras o los frutos rojos. El motivo es que estos productos tiñen los dientes con mucha facilidad. Tras una limpieza dental, los poros que se encuentran en la superficie del diente están más abierto, siendo estos mucho más sensibles a la aparición de manchas. De la misma forma, los dientes suelen ser más sensibles a los cambios bruscos de temperatura durante varios días, por lo que se recomienda evitar tomar alimentos muy calientes o muy fríos. Además, se recomienda no tomar ningún alimento o bebida hasta que hayan pasado 60 minutos de la intervención.
5. ¿Cepillo manual o eléctrico para evitar el sarro en los dientes?
Siempre y cuando los utilicemos correctamente, ambos cepillos son muy eficaces a la hora de limpiar los dientes y encías. Sin embargo, los cepillos eléctricos ofrece algunas ventajas sobre el manual que decantan a su favor su elección:
-El cabezal, que rota mecánicamente, realiza la limpieza de los dientes en menor tiempo.
- No es necesario presionar tanto la encía para eliminar la placa bacteriana, evitando así dañarla.
- El cepillado es mucho más cómodo.
- El cepillo eléctrico elimina más placa bacteriana que el manual.
- Los niños lo consideran divertido, por lo que es más fácil que cumplan sus obligaciones de higiene dental.
En el caso de optar por el empleo de un cepillo eléctrico hay que tener en cuenta varios factores. En primer lugar, los cabezales – al igual que un cepillo manual- han de sustituirse cada tres meses. También se recomienda adquirir los que disponen de temporizador, ya que este nos avisa cuando hay que cambiar a otro cuadrante de la dentadura. Por último, los cepillos eléctricos no se pueden utilizar si hay presente periodontitis, puesto que la acción rotatoria del cabezal favorece que la encía se retraiga aún más.
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