La alveolitis es una patología que toda persona puede padecer tras someterse a la extracción de una pieza dental (en especial, una muela del juicio). La alveolitis es una afección que se caracteriza por ser muy dolorosa y que afecta alrededor del 5% de la población en España . Por lo tanto, es fundamental estar bien informados acerca de la misma. El alvéolo dental está formado por el hueso que rodea a la raíz de los dientes. Cuando se extrae una pieza dental, queda un espacio vació en el lugar donde está iba implantada, lo que significa que el alvéolo queda expuesto. Tras la extracción de un diente, nuestro organismo constituye un coagulo de sangre para protegerse de las bacterias, favorecer la cicatrización y, en última instancia, permitir el posterior desarrollo del hueso y la encía. La alveolitis se desarrolla cuando el coágulo de sangre no se forma completamente o se desplaza. Este fenómeno deja expuesto el hueso que acaba por infectarse, con lo que esto supone para la salud bucodental.
-Alveolitis seca: se trata de la alveolitis más habitual de todas. Esta afección se produce cuando el coágulo de sangre se desprende o no se forma correctamente en el zona donde se ha extraído el diente. Por lo tanto, el hueso y los nervios subyacentes quedan expuestos provocando dolores intensos y retrasando la cicatrización.
-Alveolitis húmeda: en este caso el coágulo de sangre si se forma en el área de extracción dental. No obstante, este coágulo se infecta, provocando dolor halitosis (mal aliento) y un sabor desagradable en la boca.
-Alveolitis crónica: es el tipo de alveolitis menos frecuente. Generalmente, la alveolitis crónica tiene su origen en un proceso de cicatrización muy lento. Los síntomas de esta alveolitis incluyen dolor y molestias persistentes donde se extrajo el diente.
Sea cual sea el tipo de alveolitis, los síntomas de esta patología incluyen en mayor o menor medida:
-Molestias y dolores punzantes en el área de extracción dental.
-Presencia de un hueco en el lugar de la extracción.
-Halitosis persistente.
-Mal sabor de boca.
-Hueso y tejidos adyacentes expuestos.
-Infecciones.
- Pérdida precipitada o desplazamiento del coágulo de sangre que se forma alrededor del área donde se extrajo la pieza dental.
- Fumar tras la extracción dental , puesto que el humo del tabaco suele impedir la formación del coágulo de sangre.
- Desarrollo de infecciones bacterianas en el lugar de la extracción dental. Por norma general, las infecciones se deben a una mala higiene bucodental.
- Otros desencadenantes locales como, por ejemplo, la extracción de una muela del juicio impactada o técnicas quirúrgicas complicadas.
Como en cualquier otra patología bucodental, existen diferentes medidas a tomar para evitar el desarrollo de alveolitis tras la extracción de una pieza dental. Estas son las más importantes:
-Seguir las instrucciones del odontólogo: es muy importante hacer caso a las indicaciones que nos proporciona el dentista tras la extracción de una pieza dental. Las instrucciones posoperatorias suele incluir: uso de enjuague bucal con determinadas soluciones, restricción en la toma de algunos alimentos y el cuidado persistente de la higiene bucodental.
-Evitar el tabaco: es fundamental no fumar después de la extracción de una pieza dental. Como ya se ha indicado, el humo del tabaco impide la correcta formación del coágulo sanguíneo. De hecho, interfiere en la retención del coágulo de sangre en el área donde se ha extraído el diente.
-Llevar una buena rutina de higiene oral: durante los primeros días tras la extracción, es importante mantener limpia de restos de comida y bacterias la cavidad bucal. Asimismo, es importante mantener limpia la zona en la que se extrajo la pieza dental. Ambas recomendaciones son determinantes a la hora de prevenir la alveolitis.
-No utilizar enjuagues bucales demasiado potentes: se debe evitar el empleo de enjuagues bucales vigorosos, puesto que pueden llegar a perturbar la formación del coágulo sanguíneo.
-Seguimiento con el odontólogo: cuando se experimente un dolor intenso y persistente en el área donde se extrajo la pieza dental, el paciente debe acudir rápidamente a consulta para recibir una atención especial.
Basta con seguir estos consejos, para evitar en gran medida la aparición de alveolitis seca tras la extracción de una pieza dental.
Por norma general, el tratamiento para la alveolitis seca incluye medidas que alivian el dolor y favorecen la cicatrización de la herida de forma adecuada. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
Limpieza del área de extracción: la técnica consiste en que el odontólogo limpia de forma cuidadosa la zona afectada. De este modo, se eliminan los restos de alimentos y bacterias que pueden estar favoreciendo el desarrollo de la alveolitis.
Uso de un apósito con medicación: para prevenir la alveolitis, otro método eficaz es la colocación de un apósito en el área de extracción que contenga medicamentos para evitar el dolor y favorecer el proceso de cicatrización. Además, estos apósitos también se usan para proteger el área de extracción y mantenerla libre de irritantes.
Medicamentos para el dolor: lo habitual es que el dentista nos recete analgésicos o antiinflamatorios, ya que estos medicamentos evitar el dolor asociado a la alveolitis.
Revisiones periódicas y cuidados: también cabe la posibilidad de que el odontólogo recomiende visitar su consulta de manera regular. De esta manera, se busca monitorear la cicatrización y asegurarse de que la alveolitis se cura correctamente.
¿Acaba de someterse a una extracción dental y sospecha que padece alveolitis? Si es así, no se lo piense ni un solo instante. ¡Acuda a una clínica dental profesional lo antes posible! Un especialista en Odontología es la persona indicada a la hora de prevenir la alveolitis, aliviar el dolor tras una extracción dental y promover una cicatrización apropiada.
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